29 dic 2008

Rollos matutinos 14

Reexplotación.


¡No puedoooo, no puedo, no puedo! No puedo soportarlo. Esas campañas para que demos algo para salvar negritos. Me pasa como cuando enseñan a un vampiro un crucifico. Me pongo hecho un basilisco. Porque manda cojones.
En vez de decir, ¿cuanto hace falta pagar a los trabajadores de esas industrias que nosotros explotamos en sus precarios países para que puedan llevar a sus hijos, una vez ya con los mismos problemas de colesterol que los nuestros, a clases extraescolares de las diferentes pianeces que vayan estando de moda? Tanto. Pues Tanto. Tengan ustedes, por sus riquezas y sus trabajos. No. Dicen, ¿tántooo? Qué va hombre que va. Ni de coña. Para que tengamos que pagar por el ordenador un güevo, en vez de pagarlo a pelo puta. Crisis. No. Mejor manténganse o se creen los gobiernos mangantes y asesinos necesarios y úsense todas las posibilidades a nuestra mano para que a través de onus y anos y de guerras ilegales o de ayuda pacifista humanitaria la cosa vaya más bien todo lo en el sentido contrario que se pueda procurando que sea sostenible una situación digna. Para nosotros. Que nos salga todo su trabajo y su riqueza por na y menos. Expórteseles además deudas monstruosas que les tengan siempre dándonos dinero. Y para adornar toda esa triste miseria generada con el Desarrollo, créense oenegés hasta que den asco. De todo tipo. De todo modo. Total eso tranquiliza conciencias, genera un tránsito económico importante para los que lo encaucen, y, encima, da trabajo. Y en navidad, campaña. Venga anuncios, venga cartas cooperantes con las facturas del teléfono o del banco o de correos, o de..., venga a vender caridad los famosos al tiempo que perfumes con su nombre. Levantas la tapa del yogur y ahí está la ignominia unida al marquetin. Y yo no puedo ¡Yo no puedoooo! ¡Me pasa como cuando enseñan a un vampiro un crucifijo! Y me entra una mala leche de la hostia. Y no me puedo quedar sin cagarme en toda esa industria asquerosa que consigue crecer cada año la hostia al mismo ritmo que crece la miseria que dicen combatir.

-Ayhh, ¡deja ya de quejarte y piensa en lo bonito de la vida!
-No, si no me quejo por mí ¡me quejo por los pobres negritos esos que nos tienen con su hambre en la gloria!, ya que me los traen a la memoria, por hacer algo por ellos. En navidad.
Y me acabo el yogur y lo tiro a la basura y me dedico a imaginarme el prínguili encorbatado que ha ideado el eslogan, en esa reunión de dirección de personal publicitario en torno a esa mesa de trabajo donde después de discutida ha sido aprobada la presentación por ser buena al desarrollo de la empresa, ¡y un gesto importante por la erradicación del hambre! Y oigo sus jergas, y veo sus ademanes, y huelo el perfume de su ambiente y paro la película por no acabar echando una pota yogurtera en medio de la cocina.


Leer más

11 dic 2008

Rollos Matutinos 13



Señor, llévatelos.

Lo he oído en la tele. Hay una dirección de correo en Israel que es la que más cartas recibe. Son a Dios. Adiós, me he dicho, lo gilipollas que puede llegar a ser la gente. ¿Y qué clase de agrupación neoharekrisna cristiana jehovítica lo gestionará seguramente con ayuda virtual? Pero enseguida han explicado que se reciben de todo el mundo, incluso de países árabes, que las envían al nombre de Dios, o de Jesús, a Israel, y que son metidas en el Muro de las Lamentaciones, en unas rendijillasque tiene por ahí por los siglos de los siglos (que se veían en las imágenes), por unos tíos que las cogen de las cajas donde las llevan y las petan dentro de ellas, y que he supuesto que serían rabinos, o cosas parecidas, de una estructura religiosa que exista y que no me atrevo ni a ponerme a imaginar. Las dejan unos mesecillos, dicen, y luego las sacan. Cuando ya Dios las haya leído si ha querido, que sabida es su pereza. Y ya no se si las queman o las tiran, o las reciclan para hacer papel del culo, o qué. Leerlas parece que las leen ojos no sólo divinos. Porque han dado datos de alguien que parece que pedía perdón por robar los albornoces de los hoteles. Desde luego, yo, si pudiera pedir cien deseos a un genio mágico que se me presentara, uno emplearía en tener acceso a leerlas. Tienen que ser de no dar crédito. Por si acaso eso funciona, esta mañana, he escrito una en el ordenador y luego la he imprimido. Dice así, “Señor, si es que existes, ¡llévate a tantísimo abundio gilipollas que tienes suelto por aquí y recógelos en algún tipo de cotolengo sagrado que tengas por ahí arriba, donde si no es posible el milagro de que se curen, que todos los que tenemos dos dedos de frente comprendemos que eso ni Dios, al menos dejen de estar por enmedio, haciendo burto y respirando el aire escaso de la biosfera.”.Luego, tras la jiñada nuestra de cada día, en ese momento de paz interior que se siente después de realizada, me he limpiado el jebe con ella, para bendecirla con los oleos que son, cósmicamente hablando, el producto de nuestra Santa Obra, y la he hecho un burujo y la he ido a meter al container del papel reciclado, por eso de que se parece en algo a un buzón de correos y de que tuviera el mismo fin que las otras, aún sin pasar por la benentración en las divinas rajas. Pero como estaba lleno a rebosar como siempre, la he tirado al viento, para que corra con las demás basuras monte arriba y monte abajo, hasta que se funda con el Todo de la Masa Giratoria Universal, llevándole la unción de la tierna creación de mi ser y mi plegaria. Amén.
La foto se la he pillado a:
http://www.soitu.es/soitu/2008/12/10/vistoenlared/1228925248_755773.html
Y ahí explican más detalles.

Leer más

17 nov 2008

Rollos matutinos 12

El negro tendido.

Era la tendencia. Lo que iba a imponer al Negro en la Casa Blanca era la Tendencia. No podía ser de otra manera. Y yo lo supe enseguida. Casi que al momento mismo en que se presento a la candidatura. Estaba cantado. Claro que hubo sus dudas de si la Tendencia era Chocho o Negro. Pero enseguida quedó resuelta. Negro era una apuesta más potente, más triunfante, más redonda, más histórica, más... completa. Era como que en la opción Negro estaba englobada la de Chocho. Sin embargo en la de Chocho se perdía la pintada ocasión de la de Negro. Y ni había por ahí un negro Chocho del que tirar, ni eso hubiera estado dentro de la Tendencia. Porque de la Tendencia se sale uno tanto por abajo como por arriba. Tanto si no llegas como si te pasas. Si no das en el clavo exactamente no entras en la Tendencia y ahí te quedas inservible tirao en la cuneta. La Tendencia es la que manda y la Tendencia esta vez era Negro, para la Casa Blanca.
Otra cosa es cómo se forman las Tendencias. Si hay quiénes o salen sin que intervenga mano humana. Como le dije a Sophie, mi amiga fotógrafa, aquél día en la playa hablando de la Moda, en realidad, las Tendencias entre todos las forman y ellas solitas se montan. Y en esta de hacia el Negro a la Casa Blanca se ha visto bien clarito. Llegado el momento se lanzan pelotas hechas con el material que haya en el ambiente, se ve como caen, con qué efecto rebotan, si se pierden enseguida o si por fortuna alguna engorda por encanto, se hace grande, se impone y vuelve echando leches hecha un eco con vocación de Tendencia clamorosa e imparable. Entonces da igual quién haya sido el padre, ¡la Tendencia ha nacido! y con el cuidado de todos los que viven de la empresa de cuidarla lo normal es que llegue a encauzarse en una corriente adulta, cantarina y definida, que riegue docilmente lo que debe regar bajo la apariencia de un impetuosos torrente natural, fresco y rugiente, que surgiera arroyador del mismísimo fondo de la tierra haciendo crecer el asombro y el maravillamiento.

Después llega la cosechadora electoral y en un momento deja las Tendencias convertidas en rastrojos que no reverdecerán hasta la próxima campaña.



Mis agradacecimientos a www.blackdotbrown.com por el impagable montaje de de la foto.

Leer más

6 oct 2008

Rollos matutinos 11

Ganar el mundo.


De qué le sirve al hombre ganar el mundo si al final pilla almorranas. Dice el gran proverbio bíblico. Y eso es lo que me ha hecho pensar la noticia de que la Thatcher anda además de con dodotis caros cagados en el culo, con la cabeza perdía. Hecha un adefesio sin juicio y maloliente. Haciendo el ridículo ante proletarios especializados en asistir ese tipo de espectáculo. Ella tan rígida y severa con las formas como fue. También se dijo eso de Reagan. Y en nuestro reino, por dios, del santo grial de nuestra transocracia. Suárez. En su caso la prensa lameculosle puso no hace mucho vaselina al drama sacando una foto en portada que bordaba el arte de cambiar gato por liebre y esperpento por ternura. Sus gracias y dineros le habrán valido al fotógrafo. El rey y él de espaldas caminando como dos amigos viejos por el jardín de su casa. De espaldas claro. Y a la distancia justa. Como que conversando. Con un fondo verde de boscosa fronda enfrente. El rey aunque con traje, de diario, el otro en mangas de camisa un poco remangadas. Oh, el peso amistoso del brazo real sobre el hombro derecho del alzheimeroso. Oh, la marcha de los dos, perfectamente acompasada, congelada por el clik en el instante anterior en que las puntas de los pies derechos abandonan el césped para dar juntos el paso. Lento, cadencioso, de rítmica poesía triste y marchita, con cierto parecido en el mecer al que ejecutan los soldados entrenados para llevar los féretros al hombro en los actos de gala grandílocua de los entierros solemnes y oficiales. Pero hay que ver que incluso así, de espaldas, aún hecha con el objetivo más parcial, y buscado el mejor de los momentos y la más provechosa de las quinientas tomas del instante, no puede dejar de traslucir la estampa el horroroso frente que la foto oculta, baboso, decrépito, con la terrible idiocia instalada en los ojos y en el gesto. A remate progresiva, por si no fuera suficiente como está todavía.
De qué le sirvió a la Thatcher tener de alambre los pelos del chumino.
¿Que así es como rueda la rueda? ¿Que otros habrán retomado sus doctrinas y recogido sus esfuerzos? ¡Pasarse la vida administrando la mierda seriamente para acabar haciéndoselo encima con locura! Una generación tras otra. ¡Pero ¿qué coño es Esto, Genomo?! ¡Qué coño es Esto y qué baza grotesca es la que pretenden llevarse, los que se dedican a perpetuar con su poder la existencia del Poder, en este juego absurdo que venimos todos a jugar desde no se sabe donde!
Porque sea lo que sea es sin duda algo grotesco. Y ridículo, que al fin, a mi, es lo que más risa me da. En este momento.

Leer más

11 sept 2008

rollos matutinos 10




Ropones capisayos.


Veo en la televisión tres jueces. Deben de ser jueces, porque llevan puesto el ropón negro ese que se ponen cuando ejercen. Bueno uno en cualquier caso es una jueza. Mira que es siniestro. El ropón. Tiene en el subconsciente asociado algo del simbólico mito del plumaje del cuervo agorero. Estos de la tele además llevan una especie de cadena al cuello. Un cadenón barroco de eslabones de oro aplastados y cuadrados que además de siniestros les hace aún más arcaicos. Sin embargo se ríen. Se abrazan. Se felicitan con abrazos efusivos los unos a los otros. Tal vez sea los unos a la otra. O la otra a los unos. No sé, da igual. Celebran algo que es posible que sea un nombramiento. Uno ha pillado cargo. Posiblemente ella. Tal vez los tres. Ni lo oí, ni lo recuerdo, ni me importa. Lo que me ocupa la mente son los ropones. Iguales, pesados, sombríos. Sin duda hechos por el mismo sastre o bajo los mismos cánones estrictos de limitación y detalle de la rancia norma de manufactura. Desde luego eran de mejor calidad que los que vi hace poco en directo en un juicio por un accidente de tráfico de un amigo. Yo iba de testigo. La abogada era novata. Se le veía el nudo en la garganta que su novatez le producía. Disimulaba bien pero no tanto si se pensaba que había estudiado cinco años para hacerlo. Estaba allí en el jol de la audiencia intentando atar cabos y aleccionarnos para tener vista en la vista y no quedaba duda de que no tenía puta idea del caso ni era el caso que se hubiera informado sobre el caso ni que el caso le preocupara en el fondo lo más mínimo. De pronto dijo, huy, esperar, que tengo que ir a por la toga, que luego me quedo sin ella, y desapareció por una de las dos puertas que el espacio tenía para entrar en los oráculos, ambas vetadas por sendos carteles avisadores a los que no fueran de la empresa hasta el momento en que el ujier les llamara. Se vio que era un marrón que convocaran al acto y le pillaran sin eso, sin ese trapo negro puesto, imprescindible para el acto de impartir justicia, seguramente de obligado protocolo, de un tipo de tejido sintético a todas luces barato y de muy baja calidad por cierto, a juzgar por dos o tres que había por allí y que ya lo llevaban puesto. Yo pensé, mira, tienen los capisayos esos en uso colectivo y encima racionaos. Y me dije que aunque todos los de los abogados que estaban ya entogados por allí estaban más bien guarros, porque brillaban satinados de mugrecilla como las sotanas de los curas de mi infancia, habría las que estuvieran ya imponibles por impresentables o cargadas de unas pestes que pudieran ofender a quien sin serles propias se las tuvieran que investir aunque fuera sólo por tan serio espacio de tiempo. Empezaba ya a divagar sobre si no sería mejor que las usaran de usar y tirar en papel reciclable y en intentar adivinar cuánto tiempo iba a tardar en adoptarse esa moda en estos tiempos de culto de lo aséptico y de lo desechable y si no es que era ya que se hiciera, o hiciese en muchos tribunales, cuando volvió la abogada ya capisayada y con la misma caraja mental en la cabeza. De pronto vino a resultar que había suspendido el juicio porque habían metido la pata en un error tan gordo como demandar a una compañía de seguros que resultaba que no era la implicada.
Pero los de los tres de la tele eran mejor. Los capisayos. Ropones de pesada calidad. Estos eran cuervos de altos vuelos. Se notaba en la caída de la tela y en la perfección del corte y planchado de los pliegues. Eran caros y de peso. Y fue el concepto de peso el que debió llevarme al de carga y eso unido al de ropón debió ser lo que acabó por hacerme sentir el frío peso cetáceo y murcielaguino del pellejo oscuro, que se echan encima los señores magistrados para envolver sus fallos de justicia. Imagino el frío contacto de esa capa y me espeluzno. Y menos mal que en mi reino no se ponen pelucas blancas, como los ingleses, que no tienen parangón en lo irrisorio.
Deberían acabar con el uso de esos pingos. Por salud social. Esos trapos, como los que sirven de banderas, están llenos de emblemas terroríficos que se arrastran con ellos por el tiempo impregnando el presente con las pestes pasadas que trasmiten en su significación. Con la supuesta dignidad que quiere darse al que lo usa se le arropa en una costra antigua que perpetua en el fondo lo que es de todo menos bueno. Es lo mismo que las coronas de los reyes y las varitas de mando con que se pasan la prevaricación unos a otros los alcaldes.

Dedicado a mi amiga Carmen, que tiene ahora encima todo lo grasoso que la maldita estirpe de ropones tiene. Maldito sea el dios que pernitió que nacieran. O naciesen.

Leer más

20 ago 2008

Rollos matutinos 9


De la mediocridad plana, harta y… ¡ahivá dios, ¿y si se acaba?!

Madre mía, ¡Cómo está el patio! De pronto echo un vistazo a mi alrededor, así, desde la taza de mi váter, sentado para mi jiñada matinal y… ¡Cómo está el Mundo, facundo! ¡Sea lo que sea Esto, cómo está madre mía el Teatro! Por todas partes falta y sufrimiento y rollos malos. Casi siempre provocados por Ordenes absurdos. ¡Menos mal! ¡Menos mal que aunque algo cutre me ha tocao un emplazamiento regular, en el que me siento escondido a los horrores como pez en su agujero, chachi para el oteo y las elucubraciones, bien cerquita de los hipermercados, surtidas a tope las despensas, y, fuera de esas corrientes inquisitoriales además de frías feas, en una zona de templada toleranza, mercadotecnicamente ideológica, tan rica y variada en la calidad de sus nutrientes, que si bien resulta en realidad desde luego un poco insulsa es cómoda que te cagas (nunca dicho más a tiempo) colega, escribiendo tranquilamente mi Papel o dejándome flotar en la desidia de verlas venir jugando a ser espectador criticón descreído y escéptico, pero siempre guardándome en la manga el sagrado derecho a un cacho de suave celulosa higiénica, como el que ahora tengo en la mano pensativo, esperando para limpiarme lo que haga falta limpiar en cuanto acaba el proceso de ensuciado que sea y se dé el caso que aparezca una necesidad! Aunque nunca se sabe, ni nunca nunca se puede estar seguro. Sabido es que de pronto todo cambia, plaf, ¡uuhhh!, y lo que era cómodo escondrijo se convierte en horno crematorio. De repente y sin escapatoria. Porque sí y sin vuelta de hoja. Como si obedeciera a la letra de un guión inalterable. No lo quiera el Destino. Pero el Tinglado está como sujeto por hilvanes pero sin el como y nunca Esto fue tan inestable como ahora. (Hay quienes lo comparan con el mismísimo Kaos cósmico). Y si lo miro por el lado de mi microcosmo… Medito sobre mi seguridad mirando mis marchamos particulares y enseguida veo que en principio, si es que se está rifando algún futuro chungo, tengo yo casi todas las papeletas para que me toque. Y no sé si es que me las he ganao a pulso labrando despropósitos a lo largo de toda una vida de empeño en conseguirlas, o las he traído contratadas en Origen con la suscripción de alguna cláusula especial del Formulario de Acceso a Esto que hiciera el día que me compré el billete del Viaje en una de esas agencias que se dediquen a ello Allá. Lo que sí sé es que algunas, de mis muchas papeletas que llevo en la rifa de lo chungo, tienen encima números de esos con fama de bonitos, porque parecen que están especialmente predispuestos a salir del bombo los primeros. Pero luego me digo que aún así nunca se sabe. Que puedes tener todas menos una, para bien o para mal, y no salir ganador en el Sorteo. Y viceversa. Y comprendo que Esto es afortunadamente mucho más complejo que cualquier lógica que se pueda uno imaginar, lo que lo hace crujiente, picante, continuamente sorprendente y eternamente divertido. Y muy excitante para el Jugador. Por fortuna. Lo que no quiere decir que al final resulte ser un rollo macareno. O matutino.
Y ya un poco más tranquilizado, en el fondo sin razón, del pequeño sobresalto que he tenido por el sostén incierto de mi seguridad, me limpio con el papel mientras suspiro, me subo el pantalón, y tiro de la cadena para que el agua giroscópica se lleve todo el asunto por el sumidero cuanto antes.
Total, me digo para acabar de aplacar el temor tonto, cualquier sensación de poder vivir la Cosa de otra manera que no sea día a día, es en realidad pura ilusión. Propia de majaderos. Y en cuanto a hoy, oye, no será posiblemente la mejor pero no parece que la vida que vaya yo a tener sea de las malas. Mañana… amanecerá dios y medraremos.
(La imagen es una pintura de un pintor mejicano, Martín Ramírez, cuya vida fue aún más azarosa que la de Van Gogh. Si te interesa busca en Google)

Leer más

2 jul 2008

Rollos matutinos 8


Revelación.
A veces pienso en mí cuando desaparezca. Ese punto concreto que consistiré en el enorme Archivo de la Existencia, ahí, concluso, sin poder ser ya otra cosa que exactamente eso para siempre. Y respiro hondo y me digo, pues vale, ahí está el tío, bit perdido en el orden del Programa. Y observo el fósil que creo que seré, con cada una de mis queridas particularidades, mis preferencias, mis puntos de vista, mis detallitos, mis pejigueras, mis éxtasis y mis desazones, con todas esas cosas del día a día que bullendo a lo largo de una vida congelen mi personalidad para la Eternidad en la celda del Tiempo que me tocó constituir, secas, carentes de sentido personal, expuestas y explicadas como un berenjenal de efectos y de causas ajenas ya a cualquier voluntad maquilladora, valencias sin fin de un yo ahora apagado, que eclipsaba con el brillo ineludible de una singularidad más falsa que un euro de papel la percepción de la Entidad con la que se conforma, hechas ya historia, grafitos dispuestos para ser interpretados por un lector capaz si es que el Guión exige que lo haya. Entonces medito sobre la Realidad. La del Todo, y la de cada uno de esa mara que como yo fueron y tendrán que ser irremediablemente a trancas y barrancas. No para ser más listo ni para poder escribir chorradas como esta sino para tratar de sentirme in situ y porque me da la gana. E intuyo cuán pocas veces concuerda lo pretendido, lo creído, y lo que en verdad se acaba siendo, y que igual papel al fin han de tener en esa Historia la bruja iletrada e inocente que quemó la puta madre iglesia que Cervantes, o el chorvo guapo y prepotente que daba por culo al Papa protector bajo el palio de San Pedro como Napoleón o Bismarck (¿quién sería ese?), Cristóbal Colón o Juanita Banana, o el mayor cerdo con alas de la saga que cualquiera de la pila de sanchopanzas quijotescos que en el mundo han sido y seguirán siendo, agitando sus prácticos cilios primordiales como locos sin parar para mover el culo por la fangosa pasta del Anonimato que les tiene apegostrados, al son que les tocara, que les tocasen, que les correspondía o que les corresponda, moviendo la Rueda para dar de comer a la prole, llegar al heroísmo, comprarse su heroína, o para escurrir el bulto echando leches y vender hasta a su madre si hace falta. Y que da lo mismo que lo mismo da, este que aquél y ocho que ochenta, un corre que te pillo que un corre que te cagas. Cósmicamente hablando. Bien clarito está.
Después, tras la visión, se me queda un rato el Tiempo un poco así como en suspenso entre que por perplejidad y por la sombra incierta de un disgusto borroso que no tiene razón. Y cómo no hay dios que sepa si la Obra en la que ripio esta pensada para reír o llorar, resuelvo hacerme un Om y verlo con el color de un cristal que sea bonico. Decidir por mi parte que Esto forme algo así como que armónico, buscando la manera de escurrir el máximo deleite a la palabra en el sentido más trascendentón. Ante la duda la más tetuda. Total, si luego viene a resultar que es un mal rollo lo que es, eso que me habré llevado por delante, porque, en cualquier caso, no quiero pensar que por resultar acabe resultando que haya modo de quitar a los pringaos, después de tanta leche, incluso, lo bailao.

Leer más

25 may 2008

Rollos matutinos 7


Paralelismo


De pronto es como si hubiéramos alcanzado el futuro perfecto, en el que todo se pasa de seguida que llega para seguir siendo eterno presente futuro, y todo lo que la Ciencia presentaba como no va más, allá en los tiempos locos de la Torre Eifel, ha quedado reducido a un hay que ver mi abuelita la pobre qué faldas usaba y con qué de invenciones absurdas estaban tan contentos creyéndose que eran adelantos increíbles. Ahora sin embargo sique sique. La Ciencia ha alcanzado el techo de la santificación y los charlatanes de elixires que iban en carromatos por los desiertos polvorientos de las pelis del oeste anuncian ahora sus productos milagrosos con retinol antiarrugas de venta sólo en farmacias. Fruto de este maravilloso futuro insuperable que nunca vamos a perder es no sólo lo que ya se está inventando sino lo que se inventará si no se ha inventado todavía da lo mismo cuando sea. Sin embargo, hay que ser tonto para no darse cuenta de que, si no es que volvemos a la prehistoria cualquier día como quién cae en un hoyo por caminar de noche, otros siglos vendrán que nos harán quedar a su sombra en el lugar de aquel de la expó de Paris. Con todos nuestra primitiva medicina de trasplantes y nuestros arteros métodos de viajar por el espacio ¿O es verdad que ya estamos en el techo de la escala y que un poco más allá se pincha el globo y volvemos al suelo de la gráfica para ponernos de nuevo a escalar la cresta como enanos programados por alguien que no existe? Podría ser, desde luego un fin tiene que llegar a haber. Pero algo me dice que este sentirnos los más listos de la Historia que no podemos evitar tiene que ver más con un rollo prepotente exagerao que con la subconciencia del apocalipsis inmediato. O al menos me da la gana suponerlo así para preguntarme luego: y en este caso, ¿cuáles son ahora los actuales Titanic insumergibles que se hundan, los Zeppelín punteras que se lleven en un llamarazo a unos cuantos de los más ricos del mundo, los correctos ismos que se proscribirán por atroces, las inocuas talidomidas que harán nacer miles de monstruos, los rayos X con los que el mundo juega divertido como aquellos locos que iban por las ferias ofreciendo en barracas el espectáculo de verse por dentro como una diversión, gracias a unos rayos que denominaron X, hasta que empezaron a notar que el juego tenía ciertas consecuencias macabras, irreparables, que estaban siendo la causa de que murieran como moscas los que jugaban con ello? ¿Cuáles son los Frankesteines de la actual Ciencia Científica?
No os preocupéis, la solución vendrá en el advenimiento del futuro que nos sobrevenga, que por más modernos que seamos no podremos evitar que nos arrolle. Tampoco es problema la vergüenza que nos toque, de todas formas para entonces estaremos todos calvos y no nos va a quemar que otros listillos se rían de nosotros ¿O es preferible antes de que la amenaza de un futuro mejor nos haga pensar en lo ridículos que somos el que se acabe aquí lo que se daba de ser más listos hoy pero más tontos que mañana? Hostias, hostias, pues a lo mejor es esa la causa subyacente de nuestra atracción fatal por el apocalipsis, fíjate.
(la foto impagable, ha sido pillada de http://www.nadandoconchocos.blogspot.com/ pero creo que venía de http://www.static.flikr/)


Leer más

22 mar 2008

Rollos matutinos 6

Asnadas.

Esta mañana se me ha mezclado en la sesera el sabor de mi tostada de ajo, aceite y miel, con el gusto delicioso del café y las imágenes que no puedo dejar de rumiar desde que anoche vi una noticia mientras hacía frente a la tele mis gimnasias de antes de cenar. La noticia era del Aznar, repeinao, en Inglaterra, diciendo en el quinto aniversario de la guerra de Irak que estaba mu contento de que le hubieran inseminado dejándole embarazado de ella y de haberla parido felizmente tras la dura gestación. Al final se refirió al momento actual consecuencia de esos actos, de los cuales el era padra, o madro, o espíritu santo, con estas palabras literales: “no es una situación idílica pero es una situación muy buena”. Pronunciadas con la prepotencia del asno y el inglés horterino que cierta clase de españolitos exhiben presumidos en cuanto que tienen ocasión como muestra de su curta condición y su fervor americano, cargándonos a los que tenemos que verlo con la vergüenza ajena que ellos no tienen la capacidad de reconocer sobre sí mismos por muy grande que sea. De que le oí decirlo en medio de una flexión abdominal me surgió en la mente la imagen de un anuncio publicitario, de una conocida marca de embutidos, en la que sacaban a los supuestos cerdos que luego iban a servir para hacer sus chorizos corriendo en manada por una playa idílica a cámara lenta y con la música de Carros de fuego. Enseguida se me mezcló con otra de otro anuncio parecido, creo que de un pavo, al que sacaban, animado con técnicas digitales, luciendo mientras guiñaba un ojo al espectador y sacaba pecho orgulloso, a modo de condecoración, el premio de la medalla que llevaba prendida en la pechuga y que era la misma que luego iba a lucir en la etiqueta de la marca del fiambre. Y enseguida se me superpuso otra de otro, esta de un cerdo que acude a un teatro lleno de gente enardecida, deslumbrado y feliz entre focos y flases, donde le cuelgan del cuello entre una algarabía de ovaciones el preciado trofeo de la chapita que luego llevará atada a la pezuña del jamón como galardón por haber llegado a ser tan sabroso. Quizás fueran distintos los anuncios reales de las escenas que se me vinieron a la memoria, también me llegó junto con ellas la sensación de que había visto muchos más parecidos, variaciones de lo mismo, que no podía recordar, pero que tenían en común la indignación que me provocaban por la profunda falta de respeto que venían a significar para con los seres que servían como materia prima para nuestras digestiones con el horroroso sacrificio de su existencia. Comérnoslos es ley de vida, pero es un pecado cósmico imperdonable hacerlo encima con cachondeíto. Lo tengo muy claro. Presiento que hay un equilibrio universal que se rompe cuando se hacen esas cosas. Un crack pequeño pero definitivo. Y esas asnadas entraban dentro de eso por completo. Porque una cosa es que mantengamos en la mierda a toda esa gente para que nos sirva de gasolina que mueva el motor de nuestra industria y otra faltarles al respeto encima. De forma gratuita. Sólo para autosatisfacerse el ego uno que se cree muy importante en la historia y que sólo es un pringadillo con la única trascendencia global de haber sido el tampax de un periodo del Poder. Qué gran prueba de la inexistencia de un dios justiciero. De haber existido un tal le habría partido la boca allí mismo ante las cámaras y nada más haber pronunciado las palabras, idílica y muy buena, referidas a ese infierno que viven millones de personas como cosa cotidiana. En siete cachos.

Leer más

15 mar 2008

Rollos matutinos 5


El ojo real.

Hay situaciones, que pueden ser profesionales o casuales, buscadas o encontradas, que por sí solas sacan las realdades fuera de lo establecido de cuajo. De forma por completo incuestionable. Y las ponen en un punto de vista..., vamos a decir... peculiar, cuando no dentro de la realidad más brut nature que pueda imaginarse. Sí, se me ocurre por ejemplo la de un médico que podría ser real. Es decir, el médico que le eche un ojo a la Reina al mal de almorranas que, por ejemplo, sufriera o sufriese. Ese tío, en ese momento, en esa situación, en el ejercicio de esa su cualificadísima profesión, enfocando con pericia la estructura social con ese punto de vista tan puntualmente concreto y de una totalidad tan absoluta sin embargo. Hummm... ladéese un poco más hacia la izquierda, alteza (o quizás se debería decir majestad), que pueda yo examinar bien la zona afectada, así, así está muy bien, gracias alteza. Y ella que igual calla privada de toda altanería en tan, cósmicamente hablando, cruciales circunstancias, que quizás le dice que por favor no emplee los tratamientos debidos al protocolo por su rango en esos precisos momentos tan realmente duros, en el que el único tratamiento que espera ansiosa de él es el que le cure ese horror que sufre en regio silencio. Y él que quizás le responde que por dios, alteza, qué buen humor tiene usted siempre, mientras aparta los reales cachetes con las manos en los guantes de fino látex y agudiza el ojo para centrar la vista en la valoración pericial del estado exacto de la inflamación varicosa que sufre la corona circular del agujero negro del realísimo culo. Qué especial situación para mirar la relación súbdito rey, ¿verdad? Pues a eso me refiero, o quiero referirme. A esos puntos de vista accidentales, tan infinitamente variopintos y frecuentes, donde la puta realidad subvierte el montaje vano de lo sagradamente establecido sin dejar lugar a dudas, (¿o es cierto que lo accidental no existe?), como si fuera una bomba silenciosa que resquebraja sin remedio la convicción más firme en las convenciones más estructurales con un pum tan sordo como irreparable. Aunque el convencionalismo haga enseguida como que no pasa nada y consiga que la farsa continúe tan tranquila ejerciendo sus funciones fuera de peligro.

Leer más

13 feb 2008

Rollos matutinos 4

Lo


El problema está en el sujeto del lo. Son las tres de la mañana y haciéndome una infusión de tila y azahar para ver si conseguía acabar con mi desvelo, al tiempo del ¡TLÍN! que hace el microondas cuando acaba su trabajo ha sonado un ¡clof!, este más sordo y hueco que el ¡TLÍN! de rigor, que suele pasar a veces y consiste en que se te queda el vaso medio vacío de agua de sopetón. Todavía no he llegado a formular las reglas de funcionamiento del ¡clof!, porque no pasa siempre y unas veces el agua entra en ebullición sin ¡clof!ear y otras ¡clof!ea sin haber llegado a entrar en ebullición. Pero cada vez me pone negro y me hace rememorar cierto temor que esa extraña tecnología de calentamiento me hizo sospechar desde su aparición. Así que mientras infusiono las yerbas en la mitad del agua mi mente vuela juguetona por ahí buscando conclusiones.
-Vete tú a saber qué clase de perjuicios puede acabar trayéndonos estos micro¡TLÍN!nes. Sí, no sería la primera vez que un en principio avance tecnológico trajera arrastras consigo el desastre silencioso y definitivo. Leí una vez que era posible que el fin del Imperio Romano hubiera sido por la manía que tuvieron al final de forrar las ánforas del vino con plomo, que hacía que los líquidos se conservaran mejor y todo fuera más chachi, pero que dejó a la prole de la clase rica, que era la que bebía más y podía costearse las ánforas de nueva tecnología, con una degeneración cerebral y física espantosa e incurable. Que puso el imperio en bandeja en manos de los bárbaros. Y habrá muchos más ejemplos históricos. Y en el último cincuenteño ha habido una barbaridad de innovaciones estremecedoras. El microondas, por ejemplo. O sea que...
-¡Qué horror! ¿Tú crees?, hombre, yo no creo, ahora antes de sacar algo al público lo estudian mucho.

¡Ahhh!, me digo un rato después mientras me tomo la tisana medio fría (porque otra cosa extraña de los ¡clof!es es que con él de pronto se queda la temperatura hirviente del líquido notablemente reducida), ¡ahí está el quid!, en el sujeto del lo.

Y así son ya las cuatro y aquí me tienes, Genomo, intentando todavía definir(elsujetodel)lo. El objeto está claro, es esa infinidad de aparatos y químicas y técnicas potencialmente peligrosas que crecen en número a cada momento paridos por la industria de la investigación. Pero el sujeto del lo estudian... Ese ente investigador multicefálico, quiénes lo forman. Quién les paga. Quién les dice con qué balanza tienen que pesar riesgos y ventajas. Cuál es su razón última de ser. El Mercaraiso. Por supuesto.
Qué el señor nos pille confesaos.

Leer más

21 ene 2008

Rollos matutinos 3




El Chunda chunda.




-¿Te has enterado de lo de la letra para el himno? La ha promovido el Comité Olímpico, no podía haber sido otro sector. En los órganos de dirección del deporte se reconcentra una patriochez subliminal que no veas. De siempre. En mis tiempos los profes de educación física eran los más fachas. Siempre iban de amiguetes con los de formación del espíritu nacional.
-¡Es verdad es verdad! Las mías eran todas de la Sección Femenina, no veas como eran de tiesas.
-Pues fíjate, todavía queda en esas ollas caldo de ese pa jartarse. Llevan tiempo con el culo aceo diciendo que es una pena que cuando nuestros deportistas ganan no puedan cantar en el podium... Es increíble. Lo ha escrito un parao de por ahí... Lo iban a proponer a Las Cortes, pero se han arrepentío. Parece que ni dios estaba por la labor... Desde luego la cosa era impresentable. Dos viva España, que si ya de por si tienen ñia las Españas en arenga, con el viva delante... Y que si corazón, inmenso mar, ¡ama a la patria!, cielo azul, gloria a los hijos... Kk, kk. Lo mejor es lo que ha dicho en el telediario un deportista de estos jóvenes que están de moda. Le han preguntado qué pensaba del invento y él ha dicho: Hombre, yo soy más de Paquito el chocolatero. Y me ha parecido una de las mayores genialidades que he escuchado últimamente. ¡Paquito chocolatero himno oficial de los españoles! A eso me apunto yo. Eso si sería limpiar del concepto patriótico la mierda que hay que barrer para siempre. Aire limpio. Sí señor. Abrir por una vez de par en par las puertas a algo serio.
-¡Sí es verdad! Y eso lo bailamos todos en cuanto estamos borrachos de lo que sea que nos ponga eufóricos.
-Un ejemplo impagable dado al mundo sería ese cambio. Y se ha producido otro detalle que es todo un guiño picarón del inconsciente colectivo acerca del himno... Todos los medios oficiales llevan días refiriéndose a él como el chunda chunda ¿No te acuerdas de lo frecuente que era allá por los setenta referirse a él con ese cachondeo colectivo? El himno era el chunda chunda. No porque no tuviera letra, sino porque era la forma más directa de poner al símbolo en el sitio que le correspondía. Por cierto que siempre acababa la emisión de la tele con él a media noche.
-A lo mejor es que las cosas más serias las decimos sin pensar.
-Desde luego. Al final el genio español además de ser de los menos religiosos del mundo es seguramente de los menos pringaos en la gilipollez patriotera. Y nuestro mejor destino en lo universal sería dar eso a la globalización. Fuera vivas a patrias militrónchicas. Quitarsus de encima las liendres patrióticas. Hagamos resonar la nueva marcha: ¡Paquitooooo...! ¡Hé!
-Escríbeme algo sobre esto, anda, que me parece que es muy importante.
Concluyó mi amiga ayer gravemente.
Y yo hoy, en cuanto he acabado el café del desayuno, me he puesto y lo he hecho. Incluso antes de ir al váter. Las cosas sagradas no pueden dejar de ser tratadas ni por la misma vida.

Leer más