6 may 2011

Rollos matutinos 49




Obama1-Osama0


Es increíble. Fue lo primero que me llamó la atención de la noticia, Obama anuncia la muerte de Bin Laden, que me encontré de sopetón en El País Digital al abrir el navegador por la mañana: la euforia que se veía en las fotos de miles de usas festejándolo en la calle. El tipo de euforia, para ser exactos, tan igual a la de los mundiales que el símil no dejó de hacerme guiños y ya seguí leyendo todo lo que se decía sin poderme quitar ese filtro del criterio. ¿Cómo puede ser que una cosa así se viva tan exactamente igual al nacionalismo gilipollas del forofo futbolero? Eso dice mucho. De la clase de elementos que forma la masa. De la clase de masa que forma los elementos que dirigen el cotarro. Quizás también de eso que llaman alma humana. ¿De la estructura atómica del Universo? Lo primero que me transmitió esa euforia fue un sentimiento parecido al miedo. Y que había sido así la cosa quedaba más y más patente cuantas más fotos veía de esas turbas llenas de alborozo. Esa alegría que exalta al individuo aborregando, orgásmica en el fondo colectivo, de sentirse fuerte envuelto en la bandera de un equipo, que esta vez sería el ejército, y victorioso en un juego, que esta vez sería la guerra. Y entonces, claro, descubro que he captado algo esencial, y que, claro, no soy el único en captarlo, porque leo enseguida en el artículo que estoy leyendo, de Barbara Celis y Sandro Pozzi por cierto, corresponsales en Nueva York que habían estado en medio de la fiesta, que ellos vieron, precisamente a Mike McReady, por lo visto el guitarrista de Pearl Jam, entre la multitud de hinchas, lanzando a la red como un líder forofo, con el ipad que mostraba al mundo y a la masa enardecida por encima de la cabeza como una pancarta luminosa, el mensaje consigna que resumía: Obama1-Osama0. Después oí la banda sonora de las imágenes en los vídeos de la tele, que era los gritos machacones de, ¡USA!, ¡USA!, ¡USA!, ¡USA!,… Que dicho suena, ¡u esei! ¡u esei! ¡u esei!,…

Luego, claro, me fijó la atención enseguida la extraña agitación de los hechos que se describían, que eran igualitos a una película del Burne: En un repente inesperado aparecen en la escena de una zona residencial de Abbottabad los helicópteros del comando de élite, asaltan la casa sospechosa y del tiroteo resultan fortuitamente muertos el Bin, de un tiro en la cabeza, dos de sus colaboradores, (¿es uno de ellos el mismo colaborador que decían párrafos antes que le habría denunciado, o es que me he perdido?), y una mujer que nadie sabe todavía quién era. Ninguna baja en el bando de los buenos que se habrían retirado de inmediato echando leches otra vez en helicóptero. Total cuarenta minutos. En seguida, horas después, no se puede calcular muy bien exactamente cuantas pero horas, no muchas, creo que según los relatos no es posible en ningún caso que hayan sido más de doce, se habría lavado el cadáver que se supone que se habrían llevado en el helicóptero con ellos, no se sabe dónde pero sí dejan caer que desde luego con el debido respeto y estrictamente según los untos de los ritos musulmanes por supuesto porque lo usas son la leche de respetuosos para con las religiones en todos los sitios menos en Guantánamo donde tienen coranes para que los creyentes se meen en ellos como tortura sicológica, y se le habría ofrecido el cuerpo a Arabia Saudí, cuna del finado, y al no quererlo estos se habría, y esto lo encuentro de una genialidad expresiva de la hostia, que no tiene mesura ni igual en la Literatura, “enterrado en el mar”. Sí, yo también me quedé así como diciendo, ¿pero…? Pero sí. Enterrado en el mar. En otras versiones, más cercanas a las fuentes de la versión original inglesa, se usó la traducción, “sepultado”, en el mar, eso siempre, y parece ser que querrían decir con eso lo que dicen, aunque eso es lo bueno que tiene la fórmula, no poder saber, sin más, lo que dicen, y nadie aclara que no sea el invento expresivo al final nada más que una forma de hacer más suave la palabra “tirar”, el muerto (nunca más al caso la doble interpretación de esta palabra), previamente lastrado, por alguna borda, o desde algún tipo de nave voladora, al mar (que será seguramente lo que tratan de mediodecir), o sí, lo que también dejaría de entrada la sorprendente expresión abierto a lo posible del entendimiento (por lo menos mientras hay nuevas declaraciones): que hayan hecho un bujero en el lecho marino dándole, si bien peculiarísima, mahometana sepultura, haciéndolo, aunque allí en un sitio del mar del que, desde luego, eso si que dejan bien sobreentendido, ni se ha dado ni se dará nunca a conocer jamás coordenada alguna, en tierra, como manda la coránica escritura.
Todo esto así de corriendo. El caso Burne, ya te digo. Yo lo primero que veo del enterramiento submarino es que, si lo que quieren decir no es que se ha echado el muerto al mar sino que aunque con humedad han cumplido con lo de la tierra… Sería como para flipar eternamente, pero es que además… si no se tenía preparado con mucha antelación… Lleva tiempo, hacen falta máquinas complejas y específicas, no sé si se puede hacer con unos cuantos buzos y unas palas… Porque, ¿es suficientemente mahometano el que se haga somerillo? ¿Cuánto tiempo tiene que garantizarse la terrea cobertura para cubrir el expediente del religioso escrúpulo? No sé pero…

Quizás no es más que un resorte más para urdir el misterio. Porque tampoco hay (al parecer, según deja caer alguna fuente cercanas al equipo ganador, para mostrarlas en su momento con toda oficialidad y garantía de respeto y prueba, otra vez más, de haber cumplido la coránica norma de manejo del embalsamamiento), ni una foto del cuerpo.
Misterio, me digo. En fin, amanecerá dios y medraremos y supongo que pronto nos llenaran el coco de caca informativa hasta que nos den arcadas con el tema. Así que…

Sin embargo, me quedo pensando en aquello que decíamos cuando los tiempos del Aquinoestán, y Dóndestán y Aquítampocoestán, de que en realidad a lo mejor Bin Laden no era ni persona, sino un cromo de los que venían con los bollicaos. Y en el dato biográfico y cierto de que, si alguna vez en verdad fue algo, fue en principio un gran colaborador de USA, dicho u esei, que lo creó para que fuera el que más eficientemente matara lo que fuera necesario matar para su CIA (lo que me lleva otra vez a recordarme a Burne). Detalles que me ayudan a intentar discernirme una idea de entre las diferentes posibilidades de cómo habrá sido la realidad del acontecimiento que, como toda escena sucedida no puede ser más que una (que habrá quedado registrada al instante como una fotografía en el fragor de la Galaxia: lo que ha pasado), pero que para cualquier observador temporal, ajeno al reducidísimo cotarro de actores implicados, no podrá ser jamás sino inaprensible para siempre y por completo.

Mientras los mandatarios con su máquina global informativa nos van moliendo la noticia para ofrecer a la Piara su pienso compuesto preparado, intento en vano adivinar qué coños habrá pasado de verdad. Veo el reguero de pólvora de la noticia recorrer la actualidad del Globo grabándose su sitio en los anales de la Historia. Comparo la fiabilidad de las versiones que tendrá en los libros del futuro el hecho que ahora es presente (y cuya verdad sólo van a poder conocer unos cuantos que saben que de ninguna manera va a llegar a saberlo nadie más) a otros hechos de los que son ya historia añeja y oficial, no pongo ejemplo para que pueda ser cualquiera, repasándomelos en mi imaginación en el momento en que ocurrieron, y compruebo que nunca se puede saber nada de qué fue realmente lo que pasó cuando ha pasado. A pesar de que, cósmicamente hablando, cuando pasan, en el aquí y ahora, los dramas sólo tienen un guión, que es el que se recita en el momento irrepetible de la representación del acto, en el allí y entonces de la recreación sólo es posible la interpretación de las múltiples Historias. Que, todas falsas por definición, siempre serán muchas. Tantas como ojos miren desde el presente el pasado, que empieza en el preciso momento en el que la palabra cruza la barrera de los dientes. Comprendo que nunca sabré al tiempo que se me viene a la cabeza un flas que me ha llamado siempre la atención en la larga historia de este comic: lo limpia que tenía siempre la mirada la caricatura malísima del malo, a pesar de toda la tinta negra que se ha puesto en su diseño. En las escasas viñetas que salía.


P.D. (Post después y unas notas más de lo de mientras tanto y por ahora hay de nuevo)
-Gerónimo. Tiene tela lo de Operación Gerónimo.
Resumen de novedades hasta ahora:
-Al principio: que se había resistido y por eso tuvieron que matarlo. Después: que no estaba armado pero uno se puede resistir sin ellas. Por fin: pues claro que teníamos licencia para matar.
-Lo último: Después de los 40 minutos, habrían dejado atrás, además de unos cuantos muertos, un montoncito de heridos y maniatados, entre ellos varios menores, entre los menores estaría la hija de Bin de 12 años que declara que vio que a su padre lo ejecutaron, in situ. (sobre los menores, se supone que, incluido esta, el comité que se está dedicando en soltar los paquetes de información, ha dejado caer, para que quede claro, que están siendo tratados, en algunas dependencias paquistanís, quizás fuera de norma arquitectónica y de equipamiento para el uso de la infancia, pero por personal suficientemente especializados como para que no tenga que sufrir la mojigatería que impera en la falsa moral de occidente respeto a lo de los niños.
-Hablando de menores caigo en los papeles de wiquiliqui sobre los que tienen encerrados en Guantánamo y me digo sino tendrá que ver esto de cerrar el partido con un Obama1-Osama0 con limpiar el desprestigio del escándalo guantanamero.
-No acabo de tener la idea última, que leo que ya están diciendo que gracias a esas torturas se consiguieron estos éxitos.
-Lo de que si Osama hubiera sido juzgado en vez de linchado le habría dado lugar a cantar cositas sobre su época de líder de la rama musulmana de la CIA, me vuelve a llevar al c aso Burne.
-Y la palabra linchamiento me lleva ahora a aquellas de, “dead or alive”, que soltó el Bush al Universo para que le quedara claro. Eso, que vuelven a dejar claro ahora con lo de Gerónimo, que no es una casualidad porque la casualidad no existe, y que no es sólo marca de una indiofobia innata y subconsciente, sino bandera de un espíritu chulo de conquista que tiene los colores del far west y un código moral, sin duda radicado en la demencia, que sólo busca abrir paso al ímpetu arrollador del Mercado Capitalista. Qué bien lo puso el Kubrik en aquella escena de Dr. Strangelove, con el mayor T.J. “King” Kong, cabalgando sobre la bomba en el más puro estilo Marlboro. En el 1964.
-Lo último que leo es esto: “El Equipo 6 de los Navy Seals, cuya existencia no se reconoce oficialmente, son la élite militar de EE UU”. La descripción de entrenamientos y detalles del secretismo de este “equipo de élite secreto” deja al guión de Burne a las puertas de un juicio por plagio. Otra vez el cine en esta película. Con tanta referencia cinematográfica en el asunto, a lo mejor es hasta normal que la masa global se tome el tema como la peli del sábado que es. Y en este caso la verdad es que hemos visto muchas parecidas, y no se puede decir que sea original en absoluto.

Dejémoslo así. Por ahora.




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Rollos matutinos 48


Anda que el santo...



¡Dios mío! Sí sí, Dios mío, sí, que nunca mejor que ahora para usar esta contradicción involuntaria de clamar a Dios no creyendo en su existencia. Porque si existiera bajaría de sus alturas en casos como estos. A poner tasa a tanta cochinada cometida en su nombre y limpiar las pocilgas de su piara siquiera una mihilla. Así que sí: ¡Dios mío!, ¿cómo es posible que te monten un número como el que te han montao con la beatificación del wojtyla y no bajes de momento a dejar fulminados por lo menos a unos cuantos? Esta es la prueba de que no eres más que una puta quimera. Si existieras tendrías que ser de todos, pero como eres inventado eres del que te inventa. Pero en fin.
A mi la verdad es que me la trae muy floja que lo beatiquifen o lo quitebeafen. Por mí que se den todo lo que quieran a la escatología. Y saquen al muerto de la tumba y lo lleven y lo traigan en el cajón con suntuosas ceremonias, coreografía machista, liturgia rococó, y mitras y sotanas bordadas en barrocos oropeles tan caros como mariquitusos. Si disfrutan… Yo, de pronto… hasta les perdono el dogma de su misoginia, el toque sadomaso de sus gustos, y la doblez de sus hipocresías. Hombre, ya, lo suyo es muy fuerte, porque mira que hacer santo al que, entre otras cosillas por ahí, estuvo bendiciendo al Marcial durante todo su papado con el poder de su Espíritu y el apoyo de su Banca… Pero, mira, oye, ellos sabrán, al final en esta vida… El que esté libre de falsedad que tire la primera piedra. Que salmodien y sahumen y reliquien restos putrefactos lo que quieran. Que lo que de verdad me jode de ellos es la obsesión que tienen de estar siempre jodiendo tratando de imponer lo que tiene que hacer o no hacer uno. No tendré yo el vicio tan feo que ellos tienen. Haya libertad y que cada cual sepa.

Ahora sí, lo que no es de recibo, y es un inri que me inrita cosa mala, es que vayan a esos ritos, en mi nombre y con el dinero de mi Estado, príncipes besamanos a besar las que serán todo lo santas que las hagan oye, que ya digo que en eso no me meto, pero que a mí más que a santidad me huelen a semenánticas resecas, a culpas ancestrales horrorosas, y a tanta turbiedad, que sólo en el blanqueo resplandecen.

Ni es por supuesto tolerable que con ese tipo de chous gigantescos, que pintan igual que un macroconcierto de histórica figura de rock divina y vieja, pretendan ganar audiencia para tratar de tener sobre mi, ni de frente ni de pordebajillo, ningún tipo de derecho de pernada civil. Si no fuera así como es señores, lo vuelvo a decir, no me importaría en absoluto la rancia extravagancia de vuestros akelarres, por muy dudosa que sea la naturaleza de su perversidad. Yo hace tiempo que tengo asumido el derecho al disfrute de cualquier disciplina que sea querida de forma voluntaria. Sin embargo… Es todo lo contrario. Porque está ahí está ahí. Siempre está ahí esa manía que tenéis de andar metiendo vuestra puta inquisición en las vidas ajenas. Y la santificación del wojtyla lejos de ser lo que tenía que ser, cosa chamánica pura y simplemente y punto, no. Es muy otra cosa. Montáis la farsa ya con esas miras. Vosotros siempre sois finos hilando con vuestras devociones telas de araña pegajosas. Y en esta lográis entretejer con vieja maestría la condena eterna a sistemas caídos en desgracia con la glorificación del eterno abuso de sistemas falsamente llamados liberales, y usáis la espuma limpiadora del baño de masas para lavar vergüenzas levantadas por irreverentes, y la ejemplar vida del Santo para enseñarles lo que hay a obispos comunistas y a los que tienen ganas de cambiar el rollo de la iglesia desde dentro. Amén de soñar el sueño de revitalizar la fe (un poco perdida por el hábito del clero de andar echando mano al culo al monaguillo) para ver si es posible poder volver a usarla como cepo de herejes, castigo de costumbres libertinas, martillo del mariconeo seglar y aborto de derechos.
Por otra parte, tiene gracia asistir en presente a la génesis de una santificación tan magna para ver a través de ese espejo, cómo debieron ser las obras y milagros de las santificaciones que hicieron santos a los santos de los dos mil años de santa historia que tenéis, cubiertas ahora con la pátina del tiempo y sus leyendas que todo lo embellece y mistifica. Claro que no hacía falta más descrédito, ya había desmitificación bastante con el proceso de canonización, inconcluso todavía pero espérate y verás, de la Reina llamada la Católica. La muy… iba a decir puta, en nombre de los que mató, pero no, dios me libre de usar esa palabra en honor de tan santa profesión. Pelleja, vamos a llamarla, la muy pelleja. Una santa criatura que formó la inquisición (por cierto también santa desde su denominación de origen) y que quemó, cristianamente vivos, a dios tendría que saber cuantos miles de ciudadanos por el sencillo hecho de parecerle conveniente a su regio antojo y al del Santo Oficio. Amén de, debería saber Dios también, todo lo que en nombre de la cruz hizo su espada allá por las américas. Por eso empecé clamando, ¡Dios mío!, pero mejor lo dejo, porque está demostrado que el de todos… al menos no oye nada, y el de ellos… Lo que hace falta, ¡por Dios!, es que no resucite.

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