10 ene 2013

Personajes 12

El tío del drone

Y la Bola gira y gira como un pollo al ast ante el fuego atómico del Sol, y la Gusanera rebulle sobre su globalidad hoy día cada día más ansiosa por aquello de la Crisis (porque de pronto, no sólo es que se haya parado el ritmo creciente de agusane, es que hasta puede que no sea tan grande como se creía el conejo que agusana y acojona eso de encontrarse encerrado sin condumio y con el aire cada vez más enrarecido por los pedos de la superpoblación). Y yo, girando con ella como el gusanillo más que soy, aquí, al margen del gusanal ruido, en este pliegue barrancario de la Esfera donde disfruto de un poco más de espacio y tengo por ahora todo lo suficiente que roer, buscando la manera de matar el tiempo en este giroviaje con estas redacciones, he conocido hace poco a través de la ventana digital a un perfecto personaje para colgarle el 10 por hideputa. Porque eso es lo que es este sujeto que intento detallar. Un finísimo hijoputa, de los del número 10. Como la chica aquella de la película que protagonizó Bo Derek en cacho tía pero este en cacho de algo muy marrano, de sicario frío altamente tecnológico, de encarnación refinada del horror del matarife en el arte de la ciencia de matar. Drone, llamaban en el artículo de prensa que me trajo la información de su existencia al artilugio volador que él telepilota matando desde lejos de verdad en un juego serio de consola como las de mentira. Así que el personaje es pues el tío del drone, un cerdo con alas teledirigidas para el exterminio de alta precisión. Que producen la buscada escabechina sin riesgo ni salpique indeseado para el que la provoca. Entonces: El Cerdrón. Este va a ser el objeto de este Personajes 12. Un verdadero experto en exterminar con finas cirugías, a quién sea y donde quiera que haga falta. O sea, que este elemento se mete en una cabina, en algún sitio seguro del mundo civilizado, llena de instrumento de mandos y pantallas, y dirige su avioncito de juguete a, por ejemplo, una boda de verdad en un cortijo perdido de los montes más arcaicos de la zona más barranca de un país de los cualesquiera donde interese llegar y matar por lo que sea, por nuestra seguridad en el Sistema mismamente, a un asistente prefijado que haya sido identificado asistiendo a dicho acto, y, tratando, dice, de no dañar nada más que a ese o esos que hace falta eliminar (o a los menos posible que estén tan cerca de el objetivo que no haya modo de evitarlo sin poner en peligro la misión en juego) según criterios de los que dicen que tienen el poder de decidir, va y, pum, aprieta el botón del joystick, comprueba que se han infringido los daños deseados tomando imágenes del cirio que ha montado, da vuelta al juguetito, y sale de la cabina quizás un poco trastornado porque esas cosas, oye, siempre le dejan a uno, sobre todo al principio, un rato así como que pensativo.

Después presentará el informe pertinente, digo yo, y se irá a su vida normal, a hacer cualquier cosa de las que suela hacer como elemento social que es integrado en una realidad de día a día. Quizás, para utilizar un tópico manido que pueda en este caso ser, por requetesobado, muy significativo, llevará sus niños esa tarde al centro comercial, a ver una peli de piratas con Penélope Cruz y Jhonny Depp. Y mientras el ve la supuesta película comiendo palomitas al lado de sus crías en mi imaginación, yo me recreo en ver las que le pasan a ratos por su mente sin buscarlo mientras mira la peli de piratas, pues es precisamente muchas veces mientras miramos una peli con la atención entretenida, cuando se producen y proyectan los rollos más privados en esa filmoteca secreta que tenemos por ahí al fondo del yo más subconsciente. Y, a pesar de las infinitas almas que se le pueden suponer al personaje y las infinitas caracterologías que le impriman a cada una de ellas el momento y las circunstancias en que se decida ponerle a funcionar, alucino con lo fríos y escalofriantes que son siempre los entresijos de ese ser acabe resultando quien resulte.
Madre mía. Es que cuantas más posibles personas me monto, barajando las posibles personalidades que caben en el arquetipo de este ente, más escalofríos me da la sutil letalidad que encierra su existencia en cualquier caso. Es un elemento siniestro, en cuanto al quehacer de su karma, en cualquier sujeto en que se encarne su agencia. Y en cuanto lo conocí pensé en colgarlo en el Personajes 10, que era el que tocaba, porque me parecía ocurrente empezar el texto con la relación casual que se daba entre el 10 que le correspondía por orden y el que se merecía por hideputa. Pero poco antes de que aquel artículo me hiciera pensar para ese puesto en este personaje, había aparecido en la escena de los noticieros otro ejemplar de este tipo de gusano matagentes también muy propio para haberle puesto un 10 por hideputa en esta galería de personajes que me traigo, colgándolo en el diez de Personajes. Uno que había aparecido de pronto de entre el público en un cine transmutado en el malo de la peli, con un par de armas de fuego acojonantes, y se había cargado a tiros a unos cuantos en la sala donde se iba a proyectar el estreno mundial de la ficción de horror recreativo que él se encargó de hacer realidad recreativa del horror. Parte de los asistentes se creyó durante la matanza que toda aquella escena de tiros y de muertes a su alrededor era parte del espectáculo de presentación de la película, y gritaban entusiasmados con la genialidad de los organizadores en medio de los tiros, disfrutando de saborear el susto tan espectacular que les estaban dando por sorpresa mientras aquí y allá caían los muertos (puede que hasta a algunas de las víctimas mortales les pillaran los fatídicos balazos aplaudiendo). Y dudé de si no era con él con quién tenía que hacer la carambola colgándole en el Personajes 10 para darle el 10 por hijoputa, aprovechando de paso para hacer un tipo de post bis aniversario a aquél otro cabrón de aquella otra matanza colectiva de Noruega que había habido un año antes, que tengo figurado en el Personajes 7. Ese que, en el mismo estilo de chou criminal que aparece disparando armado hasta los dientes en medio de una multitud cargándose a to cristo, se había llevado en una isla a 85 jóvenes por delante. Pero es que… en cuanto a cualidad putil… este exhibicionista hijo de puta loco por el cine… en comparación con la casta sicaria y la técnica siniestra y refinada del Cerdrón en su cabina… no había color. Como matador y como hideputa ganaba el Cerdrón. En calidad de vocación, en entrega, en esfuerzo formativo, en sistema, en vileza, en capacidad mortífera, en frialdad de alma… en determinación… en todo. Dónde va a parar. Comparado con él, el del cine se queda en un pobre loco autodidacta del horror más artesano, pretencioso en el afán protagonista y sanguinario el muy cabrón pero artesano. Un puro paleto criminal. Y, si bien su caso tenía de impresionante el shock del ímpetu brutal que siempre tiene la acción del genio loco en solitario, la calidad de su horror no se podía comparar en solidez con la dedicación sistemática del otro, que usa en su matar los avances más punteras de la ciencia como hacen las factorías productivas en las cadenas de montaje. Lo mismo pasaba con la esencia terrorífica del móvil, que en el uno era el gusto irresistible por la sangre, de un ego delirante y asesino, y en el otro la obediencia sin ego de un yo esbirro a la orden militar, irrazonable por definición. No. Si acaso, el valor que, aunque sea repugnante y muy recriminable, conlleva el que actúa solo y sólo por valores personales, por muy locos que sean, sin buscar en absoluto ningún tipo de lucro en su pura acción vocacional, sin importarle un pijo el qué dirán de todo el Universo, apretando el gatillo en un tacaquetaca orgásmico de muerte así como diciendo mirar con qué hijodeputa tan grandísimo os habéis ido a cruzar hoy tan trascendentalmente en esta puta vida, y cerrando por fin el espectáculo de su intenso momento de gloria asesina volándose la tapa de los sesos, quizás encerrara algún tipo de eximente del carácter hideputa si es que, cósmicamente hablando, pudiera haber un juez para tal cosa. Sobre todo frente al agravante que supone en el caso del que vive de hacer carrera del acierto de sus tiros a la hora de matar, que los dé como un mandao, diciendo que lo hace por la seguridad de no sé qué bien que trata de imponernos como nuestro por deber, al amparo de un brazo armado incuestionable y poderoso que incluso se encarga de buscarnos un problema a usted o a mí si empezamos a dudar de que sea cierto eso de que mata en nuestro bien, y sin necesitar más valor en sus hazañas que el de la pericia técnica y el ser inmune al reconcomio de cualquier forma de culpa. Porque lo único que arriesga cuando mata, es que le destruyan el juguete. No había color, el 10 de Personajes era para el Cerdrón por hideputa.

Pero después me ocurrió lo que me ocurre siempre, pasó el tiempo sin que escribiera nada y un día olvidado por completo de aquél certamen me encontré con la foto de la Lagarta y el Ciruelo y me dije que ciertamente expresaba más una imagen que mil y un verbo encendido y les colgué a los dos en el 10 y el 11 de un primer Personajes de pareja y sin palabras. Por desahogar el asco tan tremendo que me dio el encontrarme de pronto con sus jetas. Y fue luego cuando caí en la cuenta de que había perdido la ocasión de colgar en el 10 de Personajes al personaje 10 por hideputa, y pensé en descolgarlos para darle su puesto al Cerdrón y colgarlos a ellos en el 11 y 12. Pero me pareció una tontería, porque además, bien mirado, ni siquiera era cierto que el Cerdrón fuera más hideputa que cada uno de ellos, puesto que este al menos tenía güevos de apretar el botón de disparar, y ellos, aunque pertenecían a más altos estamentos de la máquina que lo mandaba, y cobraban sin duda mucho más, ni siquiera. Así que los dejé en el puesto en que estaban tan bien puestos. 

Y luego, hace unas semanas, justo cuando me disponía a colgarle por fin al Cerdrón su diez por hideputa poniéndole en el Personajes 12, se volvió a presentar otro candidato para el puesto. Uno también del tipo mata gente en show como el del cine, pero este en la categoría infantil. Sí, un joven de veinte años en un pueblo de USA, que coge un rifle de asalto militar y dos pistolas de la colección de armas que tiene su madre para defenderse de todo el mal que nos acecha y mata con él a ella la primera. Después se va armado en ese plan a la escuela del pueblo y se carga de tirón a seis adultos y veinte niños de primaria. Con la última bala se vuela la cabeza. Fin de la película que duró cinco minutos. El mundo, conmocionado mientras los informativos acreditan el suceso, no da crédito. Los medios le dan el ranking de segunda tragedia de USA en ese tipo de sucesos. Buscando en Google cuál había sido la primera me encuentro con una larga lista de matanzas parecidas. Sólo en la última década una veintena. Vuelvo a comprobar lo punteras que son los usas en la producción de este tipo de mendas. Otra vez dudo entre si gana a hijodeputa este o el Cerdrón. El Cerdrón me sigue pareciendo más frío, pero lo de que sean niños los muertos siempre afecta más a la sensiblería. Por otro lado observo que los tres personajes de esta competición son genuinamente usas, y es precisamente lo usa lo que dice que defiende el Cerdrón con sus telematanzas. Algo debe de significar eso. Y en muchas operaciones de limpieza se habrá limpiado y se limpiará niños el Cerdrón, que no tendrán más culpa que estar cerca del objeto que haya que extirpar. De hecho me suena haber visto varias veces fotos de críos deshechos en brazos de gente arcaica dolida e iracunda que los enseñaban como pruebas del destrozo de esos putos aviones teledirigidos. El hecho de haber casi olvidado esas imágenes me hace comprender hasta que punto no vale lo mismo en el fondo de nosotros un niño de un sitio que de otro. La mayoría de las veces los niños que se cargue el Cerdrón morirán sin llegar ni siquiera a ser objetivo de reporte. Además, la madre del mata niños este de la escuela esa sería seguramente procerdrone hasta la médula. A lo mejor hasta soñaba que llegara a ser su niño un buen cerdrón. Nunca se pueden llegar a saber a ciencia cierta los detalles de las cosas. Pero parece cierto que esa gran parte de los usas que se corre con la posesión de armas cada vez más poderosas, son los que abonan con sus leches las industrias del cerdrón para que sea cada día más grande en sus imperios. Y sobre todo… lo secuaz, lo secuaz que es el Cerdrón, que es el verdugo que ejecuta maquinalmente lo que haga falta ejecutar. No hay duda. Yo le sigo dando ganador al 10 en este concurso de hideputas matadores. Además, hasta ganará en número de víctimas, seguramente con uno sólo de sus petardazos. Y en eso de buscarle tres pies de justificación al caso con que si es más o menos cabrón el que mata partiendo de al menos algún tipo de razón o dándose al capricho por completo… eso sólo tiene respuesta con un depende de donde te toque. Si te toca ser un pringado que ha ido al cine a palmarla no hay duda, el mas cabrón es el hijoputa que salió de malo de la peli porque sí en medio de la sala. Pero si te toca pringar yendo, con la ilusión de comer al menos algo más que otros días, a la boda aquella en medio de un barranco anclado en la Edad Media más profunda donde aparece de pronto por el aire el futuro más lejano en forma de aparato volandero criminal que va y te jode porque sí a toda la familia por estar al lado de un primo con no sé que problemas… el hideputa no cabe la duda que no sólo es el cacho cerdrón que se supone allá a tomar por culo al mando del maldito avioncito sino toda su puta casta entera, incluidos cada uno de los miembros gozantes directos e indirectos del Sistema patriocho que financie el interés que ha hecho posible la aparición del puto invento en el horizonte de tu cielo, desde el más rico y poderoso hasta los sincasas que viven de la beneficencia, al margen de cualquier ideología, al fin cualquiera que pertenezca al mundo cuya milicia dirigió el ataque. O sea que tirando y tirando por ahí, hasta tú y yo podemos encontrarnos metidos en el saco de las culpas del Cerdrón. Quizás por eso me haya a mí revuelto tanto el descubrir la existencia de estos ingenieros matadores. No en mi nombre, no en mi nombre. Es lo que creo que trato de decir. Porque este Cerdrón no es ningún héroe anónimo al que encima tengamos que guardar respeto militar, sino un tipo más que mata. En el fondo como cualquier otro que sienta el gusto de matar. Pero peor. Por eso lo del 10. Por que en su caso la cosa no es sólo vicio personal, que por la forma queda fuera de cualquier posible valentía, sino pura profesión jifera. Es el carnífice de una alquimia sangrienta. Un asalariado verdugo frío y maquinal. ¿Te has parado a pensar alguna vez en lo curioso del binomio juez-verdugo? El uno dice, hay que matar, pero no lo hace. El otro mata, sin decir nada, pero diciendo que a él se lo han mandao. Sin uno de los dos no sería funcional el artilugio de apiolar que configuran. Y de los dos el único que tiene la autoría de la muerte es el verdugo. Así, los ancestros del Cerdrón están presentes en las bases más oscuras de los tiempos. Desde los empaladores que cuenta ya Heródoto, hasta los portaalfanjes que están siempre en las salas de tronos de todos los cuentos de Las mil y una noches, para cortar al punto lo que el antojo del visir ordene que haya que cortar. Del mismo modo que sin soldados no tendríamos siquiera el concepto de la guerra, y sin carceleros sería imposible concebir las cárceles, sin este tipo de funcionarios no estaría la historia llena de empalamientos, desollados vivos, quemados en la hoguera, descoyuntes y crucifixiones. No cabe duda. Ellos son los auténticos manufactores de todo ese horror. Y por lo tanto quiero, dándole al Cerdrón, versión aséptica donde las haya de este tipo de sanguinolento tajo, el diez, por hideputa, frente a todos estos otros asesinos compulsivos que ya tienen el convencional rechazo de la práctica totalidad de los abundios, dejar dicho que la verdadera cresa del gusto por el crimen está, más que en manos de unos cuantos asesinos locos que hay que reprimir, más bien metida en las propias estructuras del Orden que establece la Ley que nos gobierna.
Sin embargo…

Sin embargo todo en esta vida es más complejo de lo que a simple vista pueda parecer. Y este sucio personaje no iba a serlo menos. Cómo esbozar aquí el espeso caldo que les posibilita. Hay mucho cenutrio que apoya estos cerdrones. Además de los institucionales, que les buscan, adiestran usan potencian pagan y enardecen. Hay muchos cenutrios vulgaris en todas las clases sociales de cenutrios buena gente. Que les ven bien. Que les veneran. Que piensan que están ahí para su bien. Que les ven en secreto como a tipos envidiables. Que se les pone dura cuando ven las armas prepotentes disparando en las películas de guerra. Hay también los que, no es que se corran con ellos pero les ven inevitables, o a lo mejor de algún modo necesarios, o en verdad, si es que tienen que llegar a definirse, imprescindibles. Y luego están los que no quieren ni verlos pero mejor que estén ahí, sin que se note demasiado, a que tengan que subirles a ellos el precio de su bienestar por una insurrección de las materias primas. Con estos últimos, que son una mayoría, pasa un poco como con los que comen carne con los de los mataderos, que casi todo los carnívoros piensan en ellos con cierta repugnancia, pero que son los que les ponen a mano la barqueta de filetes que ellos compran limpiamente en el supermercado. En cualquier caso nadie piensa en el matarife y el grito del ser vivo muriendo degollado cuando se lleva a la boca el trozo de animal hecho guiso con receta refinada. Pero, qué diferente sería nuestra dieta carnicera si no fuera por ellos. Porque no todo el mundo tiene lo que hace falta para poder matar y comer luego. Y es mucho mejor si alguien te lo hace y tu usas de esas proteínas y luego formas parte de algún tipo de asociación pro derechos de los pobres animales, si es el caso que así hagas mejor la digestión. A estos es a los que ahora me quiero referir marcándoles con la atención de algún tipo de gravamen. Porque es posiblemente entre estas existencias donde resida la clave primigenia de la razón de ser de los cerdrones. Tanto de los que ejecutan a las vacas como de los que matan a los tipos que va tocando ser declarados terroristas según el interés del tiempo que domine. Igual existen ya también estos tipos de tecnologías matarifas a distancia en los mataderos de última generación. Y puede que el que degüella animales en cadena lo haga desde lejos a través de un monitor con un programa que tenga, por ejemplo, una interfaz de dibujos animados de Walt Disney, donde la vaca del dibujo diga muuuu, cuando sea acogotada felizmente con éxito, de alguna forma incluso que un poco graciosa. También se le puede poner esa interfaz de cómic al monitor del drone que mata gentes en los rincones de los barrancos pretéritos perfectos. así sería menos duro para la salud integral del que los mata, en ambos casos. Por qué no, si es algo que no interfiere en la productividad sino que incluso la mejora… A todo llegaremos si ya no hemos llegado. Sólo es cosa de tiempo. Ya verás. El otro día decía Obama de estos ataques: son legales, son éticos, y son inteligentes. Y yo me quede pasmado con la función arrogante con la que había dispuesto los calificativos, para marcar el más contundente orden al mensaje: primero de entrada y sobre todo, el derecho que me otorgo por ley y punto (aunque él seguía con una coma), y, inmediatamente, aunque después sin duda, la conveniencia de su bondad indiscutible tan completa como laica, y por fin, aunque dando una bella envoltura a todo lo demás desde el final hasta el principio, la estética del sentido económico de medios y de vidas, y de la humanidad, fría y calculada pero cierta, que confiere al término inteligentes usándolo como adjetivo de bombazos. De todas formas… esa frialdad de bisturí robotizado… no me pega verle a este Cerdrón siendo condecorado públicamente con podium y aplausos a su valentía, como en la época de los bombarderos tripulados aquellos de los tebeos de hazañas bélicas. Antes bien me imagino esos reconocimientos en formas más secretas de prima y trepe en calidad de su currículo. Tampoco lo veo, como a aquéllos, siendo objeto de grandiosas pelis de gloriosas acciones tipo Rambo. Este más bien dará lugar a un tipo de ficción más dentro del género del cine de vidas retorcidas. Incluso seguramente, más bien pronto que tarde, su categoría profesional entrará, debido a que habrá muchos y dispondrán de un softguar cada vez más sencillo para que hasta un tonto pueda hacer sin problemas lo que hacen, en un perfil masivo en el que cobrarán cada vez menos y tendrán que pagarse a lo mejor incluso el IVA como autónomos. Porque a una pauta de estructuración social así es a la que parece que nos estamos encauzando.
 
Y al fin esto parece, en vez de el cuadro de un post de Personajes, otro post Rollo matutino. Pero es que siempre me queda ahí como que algo en el tintero referente a lo que se trasluce detrás de este señor. Ahora por ejemplo, me imagino lo que dirán de él sus madres. Y veo que cada una de ellas dirá de él una cosa que no será además siempre la misma ni siquiera en cada uno de los casos en los que el personaje se concrete en una sola. Y escucho lo que dicen de él cada uno de los diferentes encuestados que imagino de entre los sietemilmillones que somos y de los tropecientillones que fuimos y de los que serán. Y alucino con la diversidad de pareceres. Me imagino también lo que dirán de él… ¡tú mismo!, ¡piénsate tú mismo, sobre el cerdrón de todos los tiempos, todos los juicios que se te ocurran y así no te dejo yo fuera ninguno que te pueda interesar! En cuanto a mí está sobre todo, la conclusión que yo me monte. Que ahora parece que tendría que ser esta que me estoy forzando a redactar, pero que a partir de ahora será la que sea según cada momento en que lo piense. Porque no es lo mismo opinar desde aquí en mi cabina de acción disparando caracteres lejos de todo compromiso, que luego fuera de ella inmerso en los vaivenes de la vida. También puede acabar uno enamorado de uno de ellos. Por cierto, ¿habrá ya alguna cerdrona por ahí? ¿Cuanto tiempo tardará, si no, en que consiga una ser la primera de la Historia en eso? Y esta, tanto si ya la hubo o cuando por fin la haya, ¿será una bollerona militaria o todo lo contrario mujer exquisitamente femenina? Quizás, en cuanto a matar de forma refinada sea más competitiva que el macho, la mujer. Cuántos puntos de vista diferentes de pronto para el mismo personaje. Y está por supuesto por encima de todas la opinión cósmica. Claro. Esa que se daría desde fuera en un estado de aquiescencia absoluta e infinita. Pero esa es como el punto o el plano de la Física. Que están ahí, pero que solo podemos manejarlos en el terreno imaginario. ¿Cósmicamente hablando, qué es lo que representan los cerdrones? La mayoría contesta a estas cosas tan serias tirando por el morro de las falsas fórmulas de sus falsos dioses. Pero eso está fuera del más mínimo coeficiente intelectual y de la más mínima decencia. Y sin embargo, del mismo modo que toda la Física se basa sobre conceptos ideales fuera de los rozamientos de la realidad, las leyes sobre esto se promulgan con estas fórmulas falsarias como si fueran ciertas y estuvieran escritas por dioses verdaderos. Es un absurdo. Y, cósmicamente hablando no vale de nada ese razonamiento. Así que si vas a perder tiempo en razonar, hazlo de forma que pueda reportarte algo interesante. Trata de considerar, en tu consideración, todo eso que de verdad te sugiera este personaje. Mete también como parte del tuyo el juicio de cuantos más demás puedas llegar a imaginarte, desechando sólo a esos que no sólo tratan de engañarnos, sino que ellos son los primeros que se engañan.
 
Yo que sé… Sé que todo esto que digo de puro impreciso queda raro. Pero lo que intento es tratar de ver las cosas en todas sus corrientes, y al discernir siempre se congela el movimiento. Si te digo que en Usa hay 200.000.000.000 de armas privadas en circulación, y que hay más muertos por ellas que por todas las guerras que han tenido, y que en el mundo el suicidio es la violencia que más mata, por encima de todas las demás incluidas guerras y accidentes, quizás esté aclarando algo sobre el meollo que estoy tratando de desenterrar. Acerca de ese entresijo oscuro que rige el fondo de la cosa destructiva. De la cual, el cerdrón, es, al final, en el sentido de única primera, la última pieza responsable.

Por fin, quiero acordarme de Sleep dealer, de Alex rivera. Una peli mejicana que fue la primera que me enseño eso de los drones. Pero allí, el tío malo del drone se hace al final bueno y dirige su aparato contra la injusticia. Claro que es una peli de ciencia ficción. Pero a lo mejor no está mal acabar esto con un toque de optimismo tonto. En cualquier caso, si puedes, visiona la película. Es una opera prima, pero a mí me pareció bastante buena.




La foto es de lanacion.com. Buscando imagen que poner caí ahí y después en una serie de informaciones que me hablaron de cerdrones que contaban lo extraño que era salir de la cabina aún con la adrenalina a cien después de haber disparado en la otra puerta del mundo y volver a salir al cosmos de la calle de una ciudad de Nuevo Méjico, donde nadie se había enterado de nada, camino de casa, entre tiendas bien abastecidas y restaurantes de comida rápida, en un tono que presagiaba, efectivamente, una tendencia al desquicie y a la autoconmiseración falsa y enfermiza. Otro venía a decir que se entretenía en ver las costumbres y la vida íntima de sus víctimas, este un poco más intelectual, pintando su actitud con el color romántico del protagonista de La vida de los otros, que citaba. También me presentaron a una cerdrona. Tenía que haberla y la hay, y esta en concreto contaba de cómo había pasado todo un embarazo teledirigiendo uno de esos aviones hasta doce horas diarias, hasta que la tripa se le metía ya encima de los mandos, decía, completamente libre de otras contemplaciones. Al final venía a decir que era mejor trabajar así, porque podía estar cerca de sus hijos cada día. Tenía por lo menos otros dos más, comiendo de su drone. Lo que a unos mata, a otros los engorda. Eso es lo que es al final siempre la vida. Y tratándose de la comida de sus crías, las hembras son siempre las que más fríamente buscan el éxito en la caza.


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6 ene 2013

Rollos matutinos 75


75

Pues yo, con lo del 75 cumpleaños del Rey y la publientrevista que se han montado en la tele y todo eso me ha pasado lo mismo que con el discurso ese que hace en navidad, que lo que más me ha hecho pensar es verlo en sí a él en la foto de El País y pensar que esa realidad decrépita sólo me saca 17 añitos. O sea, que la única impresión que me ha quedado de esa imagen real es la de que dentro de ya no tanto tiempo es muy posible que me vaya viendo yo poco a poco también en esos términos caducos. O, visto de otra manera más clara de decirlo, que ese puede ser el pachorcho futuro no ya tan lejano que me espera. O, sin puede, porque lo posible es que sea si no tan así por el estilo, o en esa onda más o menos y desde luego, en cualquier caso, en esa dirección será la deca den cia en que vaya yendo mi futuro, y lo que pasa es que estoy tan asustado de lo que estoy viendo ahora que lo escribo que no hago más que ponerle a la oración adminículos posibilistas para esquivar certeza a lo terriblemente cierto. Porque, claro, él ha debido pasarse mucho, y los de su dinastía no se han caracterizado nunca por tener dura otra constitución que la de sus coronas, y además lleva toda la vida pegándose trompazos y… Sí, lo que quieras, pero también es rey, y goza de los máximos cuidados que puedan existir, los mejores médicos, las mejores cosas para retrasar… No sé, es terrible comprobar que al cabo cualquier esplendor por más real que sea tiene que acabar siendo realmente una ruina. En cualquier caso… Esto es lo que me ha hecho pensar hace un momento la foto del artículo que hablaba de él y de sus años: joder, madre mía, así que el futuro que me aguarda es, poco más antes o después, ese tipo de majestuosos cambios para los que ninguna realidad tiene remedio por más real que sea. Y no acababa de digerir esa constatación del regustillo amargo que siempre tiene en el fondo la existencia cuando he leído otra noticia al lado, esta de hacía sólo unas horas: un niño de seis años muere en el acto arrollado por una carroza de una cabalgata de reyes mientras recogía los caramelos que tiraban desde arriba pajes de sus altezas de fábula oriental. Buf, mira, qué casual causalidad, otra vez asuntos relacionados con shows de realezas trayendo consigo la trágica evidencia del horror fino que siempre tiene por ahí, guardado incluso entre las cuentas más dulces de su cuento, la puta vida.
Pues eso.

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