1 dic 2007

Rollos matutinos



















Satanisfera

¿Cómo era la visión? Acababa de levantarme. Ha sido mientras exprimía el pomelo. Creo que la primera imagen fue la sonrisa del Blair. Esa sonrisa desemejante. Se me apareció de repente. Así sola, flotando llena de dientes en todo su estiramiento feroz mientras me aplicaba en sacar el zumo. Luego vino el resto de la cara. Desconyuntá por la tensión obsesiva de la sonrisa. Me centran la atención los ojos, despatarrados por completo, supongo que por el nerviosismo brutal del alma o de una inquietud interior eléctrica y acelerada que le desencaja la expresión de la mirada quitándole la paz. Después ha llegado a mi recuerdo lo que decía en una entrevista el otro día. Llorisqueando porque los ingleses le trataban mal cuando hacía gala de sus sentimientos religiosos, venía a rebozar por los hocicos al mundo lo católico que era. Entonces es cuando se me ha venido a la cabeza eso tan del espíritu español iconoclasta y libertario que se podría resumir en que no hay beata que no sea mala ni clara que no sea puta. O aquello de a dios rogando y con el mazo dando. Y al tiempo que roncaba la cafetera he visto con meridiana claridad lo bien que se volvían a ajustar a su persona los viejos clichés sobre la iglesia. Cómo puede ser. Qué flash. Ese fantoche de sonrisa exagerada y ojos de locura anfetamínica se me ha aparejado, haciendo religiosa campaña de las guerras en oriente como bien doloroso necesario para conducir al bienestar al orden seguro de bush, con aquella del curato ensotanado y tripón con el crucifijaco pendiendo a la altura del ombligo, bendiciendo la gesta de la santa cruzada que iba a devolver a Españia, no sin dolor, de su errático camino hacia el infierno, al amor estricto de los brazos de franco. Hay que ver. Qué similitud pasmosa. Todo es redondo como el universo. Y nada hay nuevo bajo el Sol. Él también tontea con el papa. Y por fin, degustando la miel de las tostadas, he dejado vagar mi visión por esas reuniones en esas santas salas. Él con su sonrisa y su señora agachados en pose reverente besándole la mano. Su santidad envuelto en sus puntillas con sus ojillos sucios de perversa picardía, relamiéndose como diablillo en el altar, dándole su bendición condescendiente.
De pronto me he acordado de eso de que durante su gobierno aparte de ser el mayor defensor del mundo de la guerra, aprobó lo de las células madre y la adopción por homosexuales y de que la reina y su conyugue tienen prohibido por ley aprobada en 1688 dejar el anglicanismo y me han entrado ganas de cagar y me ido al váter.

enriquelopez@elbarrancario.com

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