30 jul 2009

Rollos matutinos 23

trápalas

¡Cómo que no se puede explicar! Lo que pasa es que lo nacional existe. Por más que no queramos. A ver si no por qué pasan las cosas que acarrea. Existe y, aunque luego al final en todas partes cuecen habas, cada nación tiene su propia forma de hacerse las tortillas, y sus normas de cómo se debe ser en esta vida grabadas en el raquídeo primario que hemos heredado del tiempo del reptil, sus ídolos santos y orgullos patrioteros intocables en los que arrebañarse. Esas brillantes cualidades que es verdad que ningún otro grupo tiene tan verdaderamente dignas de enorgullecer como ese al que cada uno pertenece, y que es una pena que los demás, pobrecitos, no puedan llegar nunca a tener. Y, al tener eso, tienen, impepinablemente, sus cosas vergonzantes. Su adjetivo cabrón. Claro. Ese tópico típico lapidario y de mal gusto que saca a relucir esas faltillas que todos los del grupo saben que de algún modo tienden a tener pero que sólo el extranjero vil, que es el que de verdad las tiene, es el que se encarga de sacar y resacar y aumentar y difundir para intentar difamarnos. Ese insulto hiriente que a cada uno el suyo le viene que ni al pelo y que es mejor cuanto más mordaz sea y más le escueza al que le toque llevarlo. Nosotros, piensa el de cada grupo, no hacemos eso con los otros, que va que va que va, y mira que en nuestro caso si que tendríamos razones para hacerlo. No, no, lo de que esos son unos roñosos no es que nos lo hayamos inventao nosotros, es que está bien claro que es así, como lo de que esos otros son chovinistas y, los que todos sabemos, vagos y fulleros, o lo cobardes que son los de más allá, o lo de que a los de cierto país les va la marcha de las disciplinas duras en el sexo y que los de ese otro son unos cabezas cuadradas y los... No, eso no es esquemática falta de respeto, eso es que es verdad que es así y todo el mundo lo sabe. Lo que no es verdad es que seamos nosotros... eso que nos dicen, ¡eso si que es un insulto fácil y una falta de respeto a la que si no prestamos atención es porque somos los más tolerantes! Y lo que pasa de verdad es que cada grupo nacional tiene un montón de inris para etiquetar a los demás en donde más daño les haga. Y que, por otra parte, si lo nacional existe y su naturaleza tiene que tener de lo bueno y de lo malo, algo tendrán los ínris de verdad. Y que cuando el río suena... Y... ¿Y a qué coños venía todo esto? ¡Ah, ya, sí, claro!, es por toda esa mara de columnistas y filosoperos del reino que andan estos días llevándose las manos a la cabeza haciéndose de cruces con cómo puede ser que un adefesio sinvergüenza como el Berlusconi sea el representante de un pueblo que ha dado tantísimo artista de renombre a la Cultura, y tanto y tanto a la Civilización y cosas de esas y tanta mente preclara y tanto arte como tienen. Pues no lo veis so pringuilis, pues porque lo del pueblo de ese en una sola palabra se define. Son un país de trápalas, señores, por eso albergan en la intimidad de su familia y en obscena unión matrimonial la Cosa Nostra y la del Vaticano, unidas en la santidad del euro sobre la piedra fundacional de la ué, y tienen a esa especie de títere ridículo, ejemplo del payaso que más vergüenza ajena pueda dar, de jefe popularmente incuestionable. Y ustedes columnistas extrañados sois los primeros en saberlo y vuestras falsas alharacas solo van por el camino de salvar la política correcta que os paga las columnas, y de hacer el coro tonto, que es lo que mejor se os da. Son unos trápalas, y lo que habría que pararse a pensar es si no será que lo trápala genera mejor y más potente vida, y eso explique que sean tan salvajemente creativas ciertas etapas del arte de ese grupo nacional. Ejemplo de esta vitalidad compleja y desbordante es uno de los último capítulo, donde, al parecer, una velina famosa, que es otra forma de decir putón de altos vuelos cotizado, denuncia a la Fiscalía del Estado que en las fiestas bacanales del Papi de la Patria ha habido sexo, menores, drogas y prostitución en plan orgía romana con un montón de próceres europeos y prostáticos en pelotas y en viagras, despechada porque, ella, le había puesto el coño al alto jerifalte del gobierno (trago que a todas luces debe ser grotescamente duro de tragar) a cambio de la promesa de una recalificación de cierto suelo protegido, donde quería ella hacer realidad, por fin, póstumamente, la obsesión inalcanzada de su padre constructor y muerto. Una mega urbanización por la que su progenitor había luchado durante toda su vida con el mismo empeño con el que se la había estado tirando de pequeña, y que había sido declarada ilegal por el gobierno que el prócer presidía, una y otra vez. Joder, de que se extrañan estos columnistas españoles ¡Pero si esto es puro Renacimiento! ¡Cómo no ven la estrecha relación de la historia con la Historia! A lo mejor lo que pasa es que en España, el Renacimiento nunca llegó a darse del todo y enseguida lo enterraron con el negro ropón de la Reforma y la verdad es que todavía estamos lastradillos por el gusto por lo sobrio que impuso el Felipe II, que, de tan seco seco, cayó de bruces en lo sieso. Quizás eso explique ese aura rancia que inviste a nuestros mandatarios todavía. Siempre más tocados por un tipo de lascivia beatona. Más cuando son del mismo ala que el de Berlusconi, estregado sin embargo, como se ve, al gusto por lo romano más rijoso y bacanal, si bien, no podía ser de otra manera, en su versión mafiosilla, enaneta, y, desde luego, indudablemente, hortera hasta el delirio.
Sí, yo también creo que puestos a elegir preferiría las formas de la actual España, más preocupadas a aparentar cierta seriedad lógica aunque al final sea falsa. Pero aquí también tenemos ejemplos que no veas. Pienso, por citar entre tantos uno esperpéntico, en esa edila levantina de la que otro columnista ha dicho que vive en una falla. Qué acierto, por que es que es eso lo que es. Una ninota artísticamente conseguida por la realidad inimaginable. Y nada hay más grotesco que un ninot que coma y cague, más si encima tiene el poder de una vara de mando y está plantado con todo su peso, en el aplomo de su chocho, por la fuerza democrática absoluta. Pero hay muchos más. Mejor no nombrar ninguno por no dejar alguno fuera.
En cualquier caso ¿No sería mejor que con el problema de las diferencias nacionales, y como mejor forma de tratar de soslayarlas, en vez de seguir la senda vomitiva de la política correcta que trata de vender que todo pueblo es bueno por naturaleza, jugáramos a enseñarnos esas vergüenzas dolorosas de la forma más erótica posible? Incluso cayendo en la pornografía. Partirnos el culo de risa sin piedad los unos con el defecto de los otros. Pero eso sí, poniendo en ver la viga en nuestro ojo el mismo empeño que ponemos en descubrir la mota en el ajeno. Puede que sí y, al menos, sería en todo caso algo más divertido y muchísimo más edificante. Quizás, a la mísera luz de las extravagancias propias se podría llegar a enunciar un tratado general sobre el absurdo angular de la organización social propiamente dicha. Sobre todo en nuestro caso que es proverbial lo de las dos Españas y no sé ya cuántas son las patrias chicas que enarbolan el derecho a resaltarse en las banderas de sus diferentes folclores autonómicos. Aquí no va a ser material lo que nos falte. Entonces, para empezar a descubrir tu esencia nacional, empieza por mirarte en el espejo de tus mandatarios, que, aunque al principio la imagen te parezca deforme y chocarrera como en los de las casetas de feria, al final, a nada que lo pienses, te vas a sorprender de hasta que punto son reflejo fidedigno de la triste realidad de la que formas parte.

La imagen la he encontrado en
donde viene con un pie que explica:
El artista italiano Filippo Panseca ha desatado una polémica en Italia con un cuadro que representa al presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, junto a la ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna, desnudos.

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